Presentación

Presentación

Escuchamos por parte de profesores de diferente disciplinas exposiciones como: “Los niños ya no son como hace años, antes tenía dos rebeldes por clase, ahora con el mismo número de alumnos, tengo cinco civilizados”; ¿Será que estoy mayor o que ellos están insoportables?”; “Cuando yo era pequeño si la profesora hablaba con mi madre y le contaba mis trastadas, mi madre me castigaba en casa, ahora los padres se ponen de parte de los hijos". Ejemplos como estos los hemos escuchado en los últimos tiempos en infinidad de ocasiones, por lo que deberíamos considerar que algo está cambiando y que se están haciendo algunas cosas mal, especialmente buscar culpables: ni los profesores, ni los niños, ni los padres lo son.

En esto no hay culpables, hay un sistema educativo obsoleto, que muy poco a poco se está adaptando a las nuevas tecnologías, empleándolas de la misma manera que antes utilizaba un libro de texto. Esto puede ser un obstáculo o parte del proceso de adaptación: estamos camino de una nueva forma de aprendizaje, sin saber hacia dónde nos lleva; el sistema actual se tambalea, las profesiones del futuro son desconocidas y es probable que debido a toda esta revolución tecnológica, los mecanismos cerebrales funcionen de diferente manera en los nativos que en los inmigrantes digitales.

En adelante iré exponiendo entradas relacionadas con la educación en la actualidad, reflexiones que hacen los expertos sobre el tema y las posibles soluciones que se aportan.


À l' École. Villemard, 1910

lunes, 13 de diciembre de 2010

Paulo Freire ¿Un visionario?

Paulo Freire

Las 20 máximas de Paulo Freire:
  1. Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no han hecho.
  2. Mi visión de la alfabetización va más allá del ba, be, bi, bo, bu. Porque implica una comprensión crítica de la realidad social, política y económica en la que está el alfabetizado.
  3. Enseñar exige respeto a los saberes de los educandos.
  4. Enseñar exige la corporización de las palabras por el ejemplo.
  5. Enseñar exige respeto a la autonomía del ser del educando.
  6. Enseñar exige seguridad, capacidad profesional y generosidad.
  7. Enseñar exige saber escuchar.
  8. Nadie es, si se prohíbe que otros sean.
  9. La Pedagogía del oprimido, deja de ser del oprimido y pasa a ser la pedagogía de los hombres en proceso de permanente liberación.
  10. No hay palabra verdadera que no sea unión inquebrantable entre acción y reflexión.
  11. Decir la palabra verdadera es transformar al mundo.
  12. Decir que los hombres son personas y como personas son libres y no hacer nada para lograr concretamente que esta afirmación sea objetiva, es una farsa.
  13. El hombre es hombre, y el mundo es mundo. En la medida en que ambos se encuentran en una relación permanente, el hombre transformando al mundo sufre los efectos de su propia transformación.
  14. El estudio no se mide por el número de páginas leídas en una noche, ni por la cantidad de libros leídos en un semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas.
  15. Solo educadores autoritarios niegan la solidaridad entre el acto de educar y el acto de ser educados por los educandos.
  16. Todos nosotros sabemos algo. Todos nosotros ignoramos algo. Por eso, aprendemos siempre.
  17. La cultura no es atributo exclusivo de la burguesía. Los llamados "ignorantes" son hombres y mujeres cultos a los que se les ha negado el derecho de expresarse y por ello son sometidos a vivir en una "cultura del silencio".
  18. Alfabetizarse no es aprender a repetir palabras, sino a decir su palabra.
  19. Defendemos el proceso revolucionario como una acción cultural dialogada conjuntamente con el acceso al poder en el esfuerzo serio y profundo de concientización.
  20. La ciencia y la tecnología, en la sociedad revolucionaria, deben estar al servicio de la liberación permanente de la humanización del hombre.

De las veinte, quiero que reflexionemos sobre la primera: 


“Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no han hecho.” 


Es probable que Freire solo quisiera llegar a la motivación del alumnado, lo que no creo que pretendiera cuando escribió ésta, es ser un visionario. Paradójicamente, es la máxima de la educación que vendrá.

Aun hoy, la respuesta del alumno lleva el peso de la evaluación, los exámenes, que se resuelven, casi siempre, a través de habilidades como la memorización, le dan importancia a la respuesta.

De ahora en adelante, nos guste o no, la acumulación de información en la memoria, poco a poco va a perder valor, el almacenamiento de información estará, muy probablemente en la máquinas o en la red. Por lo que lo importante pasa a ser la formulación de preguntas.

Hay que aprender a cuestionar, en próximas entradas ahondaré sobre esta "pedagogía de la pregunta", no de la que hablaba Freire, probablemente más utópica, si no de una más práctica e imprescindible: la pregunta que se realiza en Google para una búsqueda; la pregunta que genera la curiosidad del estudiante después de profundizar e investigar sobre un tema; y por supuesto, la búsqueda de una forma de evaluación adecuada en una pedagogía más abierta, libre y autodidacta.