Hace unos días se publicó esta noticia que nos debe hacer pensar: a unos padres, seguidores del denominado homeschooling o educación en casa, se les ha negado la posibilidad de no escolarizar a sus hijos.
Personalmente esta opción, a día de hoy, me causa cierto rechazo, no creo que sea bueno no confiar en los demás, y me temo que detrás de esta decisión existe un rechazo hacia el resto, tanto por evitar el contacto con otros niños que no sean de la misma “condición” como por no confiar parte de la educación de éstos a un extraño. Destacando además, que el colegio fomenta el contacto con otras personas, de diferentes lugares y maneras de pensar y de actuar, y esta característica, me parece irremplazable.
Puede que el futuro acabe dando la razón a estos padres y a los 400, que en nuestro país defienden esta modalidad de educación.
Gracias a las posibilidades que brindan las nuevas tecnologías, es fácil imaginarnos una educación con videojuegos y niños comunicándose a través de la red, intercambiando conocimientos, colaborando en trabajos didácticos... Y esto puede ser muy práctico puntualmente, como mencionan en la noticia, por ejemplo, en el caso de traslados frecuentes de domicilio.
Es una locura, es imposible cualquier tipo de educación social enseñando en casa. No digo que el resultado de estos experimentos sean monstruos, pero sí personas socialmente mucho menos preparadas, con menos dotes para el trabajo en equipo, para hablar en público, sin apenas empatía, problemas de timidez, no sé, un montón de cosas.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo. Hoy voy a añadir una entrada que habla precisamente de la educación a través de los videojuegos y los ordenadores. Aunque en el caso de esta familia me parece extremo, sobre todo por varios motivos que cuentan en la entrevista, como que esa manera de actuar la llevan algunos grupos sectarios.
ResponderEliminarNo debemos negar que la informática tiene muchas aspectos positivos que aportar y que ya está ahí. El futuro es este. Pero esto no tiene por qué generar niños apáticos.